Confesiones de un dorm en KL – Parte I
Volví a Kuala Lumpur (KL) después de 2 años. Reservé mi cama en un dorm mixto para 10 personas, en el mismo Guest House en el que me había hospedado durante mi última visita.
Mi vuelo aterriza a la media noche. En mi recorrido desde el aeropuerto noto que la ciudad permanece igual. Mismas tiendas, mismos puestos de comida y venta de souvenirs, misma humedad; tal vez se percibe mayor cantidad de mendigos en las calles. Finalmente llego a mi destino a la 1:30 de la mañana. Me asignan el dorm 301. Subo las gradas del edificio cargando mi maleta, todo está en completo silencio. Al llegar al tercer piso, encuentro a un chico recostado pensativo en el sillón de la entrada. Al escuchar mis pasos, salta del sillón y con un inglés básico me dice: “You are so beautiful”! Imagino a cuántas otras mujeres habrá dicho exactamente lo mismo! Entonces sonrío, digo “gracias” y sigo mi camino buscando el dorm asignado. Ubico mi cama y me instalo; de lo que logro ver, parece que solo somos 4 personas en el dorm. Estas son buenas noticias! Al día siguiente quería levantarme temprano, mi objetivo en Kuala Lumpur: renovar mi visa India, lo que me tomaría alrededor de 1 semana.
DIA PRIMERO.
No logré levantarme temprano, la habitación es tan obscura que se pierde la noción del tiempo. No hay ventanas, solo una fila de literas de lado y lado.
Lo que queda del día paso en el lobby del Guest House (GH), un espacio amplio dividido en 3 áreas. Un área con mesas, sillas y un par de computadoras con conexión a internet; otra área con una pequeña sala de 3 sillones y una televisión con cable; y un área posterior donde se encuentra la recepción, algunos lockers y un sillón desde el cual se alcanza a ver la televisión. Lo que hace especial al lobby es que es el único espacio donde hay señal Wifi. Tarde o temprano uno termina aquí.
El guambra que me recibió con el “piropo” la noche anterior, a quien me voy a referir como el Chico, ya que nunca entendí su nombre, al parecer tuvo exactamente el mismo plan; pasó todo el día sentado en el sillón posterior del lobby, una posición estratégica, desde donde se logra ver todo lo que sucede alrededor. Dieron las 22:00h; subo al dorm a tomar los elementos de mi ritual de limpieza y me dirijo al baño comunal. Pocos minutos después el Chico aparece en la puerta del baño. Preguntas van y vienen mientras lavo mi rostro, yo las respondo y también pregunto. Según me comenta, es musulmán de nacionalidad Pakistaní; su viaje a Malasia se dió por un trabajo de construcción en la capital, el cual había terminado días atrás. Su madre lo espera en Pakistán, una mujer de avanzada edad; él, hijo único de 21 años. Finalmente me pregunta lo que todo chico en Asia necesita saber: “mi Facebook ID”?. Mis palabras de despedida son que se lo daría al día siguiente. Por supuesto, me hizo prometer que así lo haría. Y así lo hice.
DIA SEGUNDO
Reservo un Grab (Uber) para ir al Consulado de India, quiero llegar lo antes posible. Que grata sorpresa cuando mi conductor Nurul resulta ser una chica musulmana; una chica joven, risueña, abierta a la conversación, lleva su Hiyab puesto. No es usual ver a mujeres como Nurul trabajando de manera independiente. Me comenta que trabaja ya varios meses con la empresa Grab, que es estudiante en la Universidad y además el auto es de su propiedad. Al final del recorrido nos tomamos un selfie y nos damos un abrazo de despedida, como si nos conociéramos de años! Le hago saber cuánto la admiro por su tenacidad y especialmente independencia, entonces me bajo. Nuestra química fue inmediata, de seguro nos conocíamos en otra vida…
Los resultados de mi visita al Consulado no son exitosos, mi petición es negada. Solo aceptan pasaportes de extranjeros residentes, no de turistas como es mi caso. Regreso al GH y paso allí el resto de la tarde, tratando de descifrar qué hacer. Mi amigo pakistaní, el Chico, nuevamente permanece sentado en el mismo sillón. Sigue la táctica del día anterior: mirar. Cada vez que paso por su lado, le pregunto qué diablos hace ahí sentado? A lo que responde tímidamente: “mirando la televisión”. No cruzamos más palabras, su timidez aparente, no le permite hablar más y yo tampoco insisto. Llega la noche, subo al dorm, el Chico me espera en las gradas del primer piso, yo tenía una promesa que cumplir… pregunta por mi “Facebook ID”. Se la doy y sigo mi camino al piso 3. Me sigue hasta el piso 2 y me propone matrimonio! “Hijo! Podría ser tu madre!”, le contesto. No me entendió..
Minutos después aparece nuevamente en la puerta del baño, misma escena que la noche anterior. Por algún
milagro no logra ubicar mi cuenta en la aplicación Facebook y quiere que le indique nuevamente mi “ID”. Le respondo que lo veríamos mañana y le solicito que no vuelva a buscarme en el baño, cualquier cosita siempre en el día y en el lobby. Asintió y se fue. Yo terminé mi ritual y me dirigí al dorm.
DIA TERCERO
La mayor parte de este día, nuevamente me paso en el lobby, resolviendo los temas de visado. Después de algunas llamadas y visitas a websites de Consulados de India en Asia, decido aplicar nuevamente a una e-visa y dejar de lado la idea de una visa de “papel”. Una de las llamadas al Consulado en Nepal me confirma que las regulaciones migratorias habían cambiado el mes anterior, ahora la e-visa otorgaba 365 días de ingreso al país; y ya no solo 60 días. Mi objetivo era al menos 6 meses, así que era lo que necesitaba! Paso todo el día sentada en el lobby. Mi amigo pakistaní, por su parte, también se la pasó sentado…. misma táctica que días anteriores: mirar. El problema es que no mira la TV como afirma, mira a este cuerpito latino no sediento de amor! Situación que ya no me agrada…
Este día las cosas se ponen intensas. Al subir al dorm encuentro al Chico nuevamente sentado en las gradas del primer piso. Al pasar, le digo en voz alta, con actitud y ganas: “GOOD NIGHT!!”, esperando que así no se le ocurrirá irme a cortejar al baño. El se dirige a su dorm, localizado frente al mío. Noto que deja la puerta abierta, con el fin de mirar a través de un espejo el momento en el que yo salgo de mi dorm. Esa noche salgo apresurada al baño del segundo piso. Esta vez no me siguió al baño; sin embargo, al subir de vuelta a mi dorm, lo encuentro sentado de brazos cruzados en una silla a la entrada del piso. No sé qué pretendía, pero a la primera vocal que intentó balbucear, mi respuesta fue: NO! Pasé apresurada con cara de pocos amigos.
Finalmente, hora de dormir.
DIA CUARTO
Salgo del dorm, directamente al baño del primer piso, sin mirar atrás! La puerta del dorm del Chico está ya abierta, lista para el espionaje. Llevo 2 panties a lavar en la ducha, regreso solo con uno! Dónde se quedó el otro? Es una muy buena pregunta! Ni yo mismo sé… lo busco piso por piso, baño por baño, debajo y encima de mi cama y de todas las camas (libres por supuesto!). Nunca apareció el condenado. Extrañada y resignada, salgo a explorar la ciudad.
Al regresar en la noche veo al Chico en el lobby, sentado en su sillón habitual, esperando. Luego de unos
minutos escucho a Rika, la chica de recepción, preguntarle a qué dorm quiere cambiarse? Su tímida repuesta es: “301”. Oh noooo! Ese es MIIIII DORM! Qué se ha creído este desgraciado?!?! Qué intenciones tiene?!?!.
Espero que se vaya de la recepción y pregunto a Rika una vez más para estar segura de lo que creo haber
escuchado… es una realidad!! El Chico estaría durmiendo en mi mismo dormitorio esa noche! Ni siquiera lo
imagino! Ese mismo microsegundo pido cambio de dorm y le explico a Rika mis razones. La pobre mujer queda entre sorprendida y confundida. Subo inmediatamente al piso 3 y retiro mis cosas del dorm. Pido a Mario, un amigo italiano que conocí el primer día , me acompañe; no tengo ninguna gana de hablar con este personaje si me lo llego a cruzar en el camino!. Al salir del dorm 301 cargando mis cosas, vemos al Chico sentado en el sillón de la entrada del piso. Es una escena similar a aquella del primer día que cruzamos
camino. Mario y yo, pasamos sin regresar a ver.
Rika, consciente de la situación, ofreció cambiarme a un dorm solo de mujeres. Al menos, eso entendí. Me dió 2 opciones a elegir: (1) Una chica India que se dedica a vender productos de belleza y no para de hablar ó (2)
Una española que vende alguna otra cosa que no entendí… No lo pensé dos veces! La española, decidí. Listo! Mi nuevo dorm sería el número 207 en el piso 2. Me instalé. El cuarto es de solo 2 literas, 4 camas. Estamos solo ella y yo. Esa noche no la conocí, no llegó hasta que me dormí ya entrada la noche.